Gestante con riesgo de preeclampsia tomandose la presión arterial.

Dr. Elmer Aguado

Actualizado el 15 Septiembre 2023

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La preeclampsia

La preeclampsia es una complicación grave que puede afectar a las mujeres embarazadas durante la segunda mitad del embarazo. Se caracteriza por la presencia de hipertensión arterial y proteinuria (proteínas en orina), aunque en algunos casos también puede haber disfunción de órganos maternos. En este artículo, exploraremos en detalle qué es la preeclampsia, cómo se diagnostica y se maneja, y qué medidas se pueden tomar para prevenirla.

¿Qué es la Preeclampsia?

La preeclampsia se define como la presencia de hipertensión arterial, con una presión sistólica igual o superior a 140 mm Hg y/o una presión diastólica igual o superior a 90 mm Hg, que ocurre después de las 20 semanas de gestación en mujeres que antes tenían una presión arterial normal. Se desarrolla en el 2 al 5% de los embarazos. Además, se debe encontrar evidencia de proteinuria, que se define como la presencia de al menos 300 mg de proteína en una recolección de orina de 24 horas o una relación proteína-creatinina igual o superior a 30 mg/mmol en dos muestras de orina. Sin embargo, en algunos casos de preeclampsia superpuesta a hipertensión crónica, la proteinuria puede no estar presente y en su lugar se observa una disfunción de órganos maternos.

Según la Sociedad Internacional de Hipertensión en el Embarazo (ISSHP), la preeclampsia también se puede diagnosticar en ausencia de proteinuria si hay evidencia de disfunción de órganos maternos. Esto incluye insuficiencia renal, disfunción hepática, complicaciones neurológicas como eclampsia o accidente cerebrovascular, y complicaciones hematológicas como trombocitopenia o coagulación intravascular diseminada (CID).

Factores de riesgo y causas de la Preeclampsia

La preeclampsia es una condición compleja y multifactorial, y su causa exacta aún no se conoce por completo. Sin embargo, se han identificado algunos factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de desarrollarla. Estos incluyen:

  1. Antecedentes personales o familiares de preeclampsia: Las mujeres que han tenido preeclampsia en embarazos anteriores o tienen familiares cercanos que la han tenido tienen un mayor riesgo de desarrollarla.
  2. Hipertensión crónica o enfermedad renal: Las mujeres con hipertensión crónica o enfermedad renal previa tienen un mayor riesgo de desarrollar preeclampsia.
  3. Embarazo múltiple: Las mujeres que esperan gemelos o múltiples tienen un mayor riesgo de desarrollar preeclampsia.
  4. Edad materna avanzada o embarazo en adolescentes: Tanto la edad materna avanzada (mayores de 35 años) como el embarazo en adolescentes (menores de 20 años) se consideran factores de riesgo para la preeclampsia.
  5. Raza negra: En las mujeres de raza negra la tasa es de 2 a 3 veces mayor en relación a la raza blanca.
  6. Obesidad: Las mujeres con un índice de masa corporal (IMC) alto tienen un mayor riesgo de desarrollar preeclampsia.
  7. Enfermedades preexistentes: Las mujeres con enfermedades preexistentes como diabetes, enfermedad cardiovascular o enfermedad autoinmune tienen un mayor riesgo de desarrollar preeclampsia.
  8. Embarazos mediante FIV: Los embarazos que han sido concebidos mediante técnicas de reproducción asistida, como la fertilización in vitro (FIV), tienen un mayor riesgo de desarrollar preeclampsia.
Aunque estos factores de riesgo pueden aumentar las posibilidades de desarrollar preeclampsia, es importante tener en cuenta que muchas mujeres que desarrollan esta condición no presentan ninguno de estos factores de riesgo.

Síntomas y signos de la Preeclampsia

La preeclampsia puede presentarse de diferentes maneras y los síntomas pueden variar de leves a graves. Algunas mujeres pueden no experimentar ningún síntoma evidente, mientras que otras pueden experimentar síntomas como:

  1. Presión arterial alta: La hipertensión arterial es uno de los principales síntomas de la preeclampsia. Se diagnostica cuando la presión arterial sistólica es igual o superior a 140 mm Hg y/o la presión arterial diastólica es igual o superior a 90 mm Hg.
  2. Proteinuria: La presencia de proteínas en la orina, también conocida como proteinuria, es otro síntoma común de la preeclampsia. Se diagnostica cuando hay al menos 300 mg de proteína en una recolección de orina de 24 horas o una relación proteína-creatinina igual o superior a 30 mg/mmol.
  3. Hinchazón o edemas: Algunas mujeres pueden experimentar hinchazón en las manos, los pies y la cara como resultado de la retención de líquidos.
  4. Dolor de cabeza intenso: Los dolores de cabeza intensos y persistentes pueden ser un síntoma de preeclampsia y deben ser evaluados por un médico.
  5. Cambios en la visión: La preeclampsia puede afectar la visión y puede manifestarse como visión borrosa, sensibilidad a la luz o pérdida de la visión.
  6. Dolor abdominal: Algunas mujeres pueden experimentar dolor abdominal intenso en la parte superior derecha del abdomen, que puede ser un signo de disfunción hepática.

Complicaciones de la Preeclampsia

Si no se trata adecuadamente, la preeclampsia puede provocar complicaciones graves tanto para la madre como para el feto. Algunas de las complicaciones más comunes incluyen:

 

  • Desprendimiento de placenta: La preeclampsia puede aumentar el riesgo de que la placenta se desprenda prematuramente del útero antes de que el bebé nazca.
  • Retraso en el crecimiento fetal: La preeclampsia puede afectar el flujo sanguíneo a la placenta, lo que puede provocar un retraso en el crecimiento del feto.
  • Parto prematuro: Debido a las complicaciones asociadas con la preeclampsia, a veces es necesario inducir el parto prematuramente para proteger la salud de la madre y el bebé.
  • Eclampsia: La eclampsia es una complicación grave de la preeclampsia que implica convulsiones. Es una condición potencialmente mortal y requiere atención médica inmediata.
  • Daño orgánico múltiple materno: En casos graves de preeclampsia, la disfunción de órganos maternos puede ser una complicación grave. Esto puede incluir insuficiencia renal, disfunción hepática, accidente cerebrovascular y problemas de coagulación.
Es importante destacar que la preeclampsia puede desarrollarse rápidamente y puede ser potencialmente peligrosa para la madre y el bebé. Por esta razón, es fundamental que las mujeres embarazadas reciban atención prenatal regular y estén atentas a cualquier síntoma o signo de preeclampsia.

Diagnóstico y detección de la Preeclampsia

El diagnóstico y la detección temprana de la preeclampsia son cruciales para prevenir complicaciones graves. Durante las visitas de control prenatal, su médico realizará una serie de pruebas para evaluar su presión arterial y detectar cualquier signo de preeclampsia. Estas pruebas pueden incluir:

  1. Medición de la presión arterial: Se toman lecturas regulares de la presión arterial para controlar cualquier aumento significativo.
  2. Análisis de orina: Se realiza un análisis de orina para detectar la presencia de proteínas y evaluar la función renal.
  3. Exámenes de sangre: Se pueden realizar exámenes de sangre para medir los niveles de enzimas hepáticas y evaluar la función hepática, así como para evaluar la función renal y los niveles de plaquetas.
  4. Ecografía: El ultrasonido es una herramienta importante en el diagnóstico y la detección de la preeclampsia. Se utiliza para evaluar el crecimiento fetal, el flujo sanguíneo uterino y el flujo sanguíneo en la arteria umbilical. Útil también para determinar la severidad del cuadro.
El diagnóstico de la preeclampsia se basa en la presencia de hipertensión arterial y proteinuria después de las 20 semanas de gestación. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todas las mujeres con preeclampsia presentarán ambos síntomas. En algunos casos, la preeclampsia se puede diagnosticar en ausencia de proteinuria si hay evidencia de disfunción de órganos maternos.

Manejo y tratamiento de la Preeclampsia

El manejo y tratamiento de la preeclampsia dependen de la gravedad de la condición y de la edad gestacional. En casos leves de preeclampsia, el médico puede recomendar un monitoreo cuidadoso de la presión arterial y de los niveles de proteína en la orina, junto con reposo en cama y una dieta saludable. En casos más graves, puede ser necesario hospitalizar a la gestante para una vigilancia más estrecha y un tratamiento adecuado.

El único tratamiento definitivo para la preeclampsia es el parto. Si la madre y el bebé están en riesgo, es posible que el médico recomiende inducir el parto antes de la fecha prevista. Sin embargo, si la preeclampsia es leve y la madre aún no ha alcanzado las 37 semanas de embarazo, el médico puede optar por monitorear cuidadosamente la condición y esperar a que el bebé madure más antes de inducir el parto.

Además del parto, se pueden utilizar otros tratamientos para controlar los síntomas y prevenir complicaciones. Estos pueden incluir medicamentos para reducir la presión arterial, como los bloqueadores de los receptores de angiotensina II (BRA-II) o los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (IECA). También se pueden administrar medicamentos para prevenir convulsiones en caso de eclampsia.

Prevención de la Preeclampsia

Aunque no se puede prevenir completamente la preeclampsia, se pueden tomar medidas para reducir el riesgo de desarrollarla. Algunas estrategias de prevención incluyen:

  1. Control prenatal regular: Es fundamental asistir a todas las citas de control prenatal y seguir las recomendaciones de su médico para mantener una buena salud durante el embarazo.
  2. Dieta saludable: Seguir una dieta equilibrada y rica en nutrientes puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar preeclampsia. Esto incluye consumir una variedad de frutas y verduras, granos integrales, proteínas magras y productos lácteos bajos en grasa.
  3. Controlar el peso: Mantener un peso saludable antes y durante el embarazo puede reducir el riesgo de desarrollar preeclampsia. Si tiene sobrepeso u obesidad, hable con su médico sobre cómo lograr y mantener un peso saludable durante el embarazo.
  4. Evitar el consumo de alcohol y tabaco: Tanto el consumo de alcohol como el tabaquismo durante el embarazo pueden aumentar el riesgo de desarrollar preeclampsia. Es importante evitar estas sustancias durante el embarazo.
  5. Descanso adecuado: Descansar lo suficiente y evitar el estrés excesivo puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar preeclampsia. Si es posible, intente reducir el estrés y tomar descansos regulares durante el día.
  6. Suplementos de calcio: Algunos estudios han sugerido que los suplementos de calcio pueden ayudar a reducir el riesgo de preeclampsia en mujeres con deficiencia de calcio. Hable con su médico sobre la posibilidad de tomar suplementos de calcio durante el embarazo.
  7. Tratamiento preventivo con aspirina: Diferentes estudios han demostrado el alto impacto a favor que genera el tratamiento preventivo con aspira para pacientes de alto riesgo, al evitar que se desarrolle o para disminuir la severidad de la enfermedad. Sin embargo, este tratamiento sólo puede ser indicado por su médico tratante.
Es importante recordar que estas medidas de prevención no garantizan que no se desarrollará preeclampsia, pero pueden ayudar a reducir el riesgo. Si tiene preocupaciones o preguntas sobre la preeclampsia, hable con su médico.

Importancia de la Ecografía en el diagnóstico y seguimiento de la Preeclampsia

El ultrasonido es una herramienta crucial en el diagnóstico y seguimiento de la preeclampsia. Permite evaluar el crecimiento fetal, el flujo sanguíneo uterino y el flujo sanguíneo en la arteria umbilical y cerebral, lo que proporciona información importante sobre la salud del feto y la gravedad de la preeclampsia.

Durante el embarazo, se pueden realizar varios tipos de ecografías para evaluar diferentes aspectos de la salud materna y fetal. Estos incluyen:

  1. Ecografía de rutina: Se realiza regularmente durante las visitas de control prenatal para evaluar el crecimiento y desarrollo fetal.
  2. Ecografía Doppler: Se utiliza para evaluar el flujo sanguíneo en las arterias uterinas y umbilicales, lo que puede ayudar a detectar cualquier alteración en el flujo sanguíneo que pueda indicar la presencia de preeclampsia.
  3. Ecografía Genética: Cada vez es más importante realizar la evaluación de las arterias uterinas en el primer trimestre así no existan factores de riesgo asociados, ya que la detección de altos valores de resistencia en estas arterias es una indicación para que el paciente pueda iniciar tratamiento preventivo con aspirina.
  4. Ecografía Morfológica: Se realiza entre las 20 a 24 semanas de gestación para evaluar la anatomía fetal y detectar posibles anomalías estructurales.

El ultrasonido es una herramienta segura y no invasiva que no conlleva riesgos importantes para la madre o el feto. Proporciona información valiosa y es utilizada desde el primer trimestre para la evaluación de riesgo de preeclampsia mediante el estudio doppler de arterias uterinas; ayudando a los médicos a tomar decisiones informadas sobre el manejo y tratamiento de la preeclampsia.

conclusión

La preeclampsia es una complicación grave que puede afectar a las mujeres embarazadas desde la segunda mitad del embarazo. Se caracteriza por la presencia de hipertensión arterial y proteinuria ( proteínas en orina), y puede ser potencialmente peligrosa tanto para la madre como para el feto si no se diagnostica y maneja adecuadamente.

El diagnóstico temprano y el tratamiento oportuno son fundamentales para prevenir complicaciones graves. Además, tomar medidas preventivas, como llevar una dieta saludable, controlar el peso y asistir a todas las citas de control prenatal, puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar preeclampsia.

El ultrasonido desempeña un papel crucial en el diagnóstico y seguimiento de la preeclampsia, ya que permite evaluar el crecimiento fetal y el flujo sanguíneo uterino. Es una herramienta segura y eficaz que proporciona información valiosa para tomar decisiones informadas sobre el manejo de la preeclampsia.

Si estás embarazada o planeas quedar embarazada y tienes preocupaciones o preguntas sobre la preeclampsia, no dudes en hablar con tu médico o con nosotros. Para poder darle la información y el apoyo necesario para mantener un embarazo saludable y seguro.

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